domingo, 15 de enero de 2012

Por qué Venecia

     Cuando empecé a planificar este proyecto una de mis prioridades era encontrar un nombre con vocación de marca, personal, evocador, resonante, con alma. Tengo la suerte de poder consultar a gente maravillosa que me quiere y me ayuda sin condiciones, y una de esas personas me hizo una propuesta interesante que rescató de mi memoria un nombre tierno, hermoso y terrible, imposible de olvidar; el 29 de marzo de 2009 Juan José Millás publicó en la sección "La imagen" del suplemento dominical de El País una cruda reflexión sobre una niña haitiana llamada Venecia Lonis que terminaba como sigue: "La niña se llamaba (quizá se llame todavía, la foto es de noviembre de 2008) Venecia Lonis, un nombre con el que habría hecho fortuna en cualquier sitio. Vienes al mundo con ese nombre en Nueva York, en Londres o en Berlín y tienes hecha media carrera de escritora, de arquitecta, de jefa de protocolo o de poeta maldita. Pero en Haití te llamas Venecia Lonis y como si lloviera. Perra vida.".

    De vez en cuando pienso en ella, al hilo de mi voluntariado y otras cuestiones y me ha parecido que un nombre hermoso se merecía un final hermoso o al menos ser una herramienta para soñar despiertos, para construir (aunque sea en pequeñas cuotas) un mundo menos siniestro.

     Por eso Venecia, por eso este nombre; porque para mí esta empresa es un sueño y porque pretendo, a través de una futura pero cercana colección, hacer honor al nombre que visto donando los beneficios que de ella resulten a proyectos que tengan que ver con la reconstrucción de Haití y con su desarrollo sostenible.

     Espero que mucha gente colabore con este empeño y daré cumplida cuenta de dónde recala ese dinero, de forma que esos proyectos también resuenen y se hagan visibles.


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